Aunque todavía no tengo uno en mi poder, si he visto muchas fotos sacadas con estos dispositivos ópticos, sobre todo en lo que se refiere a fotos de fauna, y la verdad es que pienso que merece la pena pensar seriamente en adquirir uno, yo lo tengo en mi wishlist!! 😉
Os dejo un artículo que me ha parecido interesante y del que he extraído unas cuantas ideas!!
Para los que no sepan lo que es, los teleconvertidores son accesorios ópticos que permiten multiplicar la distancia focal por cierta cifra: x1,4, x2 y x1,7 (en el caso de Nikon), es decir multiplicamos el zoom de nuestro objetivo por esa cantidad.
Esa ganancia va en detrimento de la máxima apertura, porque al introducir un nuevo elemento óptico nuestra máxima cantidad de luz se verá reducida por un paso, dos pasos o 1,5 pasos respectivamente.
Veamos un ejemplo, un 70-200 mm con un x2, se convertirá en 140-400 mm y si a 70 mm teniamos una apertura de f/2.8 ahora tendremos una de f/5.6, por lo que para mantener las condiciones de luz, necesitaremos aumentar en un paso la iso o disminuir la velocidad de obturación en un paso.
Las principales ventajas es que son una solución mucho más económica y ligera que el equivalente en un único objetivo, ademas si llevamos un objetivo fijo (300 mm) y un teleconvertidor x2, tendremos más opciones a la hora de componer (sólo el 300 mm o 600 mm, obvio!!)
En cuanto a los inconvenientes, a parte de la pérdida de la luz, básicamente es que magnífica los defectos de nuestro objetivo en términos de aberraciones cromáticas, contraste y nitidez de la imagen. En algunos casos se pierde algo de velocidad en el autoenfoque (AF). Asi que si nuestro objetivo no es muy bueno, un teleconvertidor le sacará aún más los colores.
No obstante, emplear un teleconvertidor es muy buena solución de compromiso para alcanzar ese puntito de distancia focal más que necesitamos a veces, y ajustando apertura y velocidad la pérdida de calidad no es tán significativa.
Fuente: http://www.shuttermuse.com. Articulo original shuttermuse