Kos, una isla del dodecaneso
Hace tiempo que veníamos planteándonos hacer un viaje por alguna isla griega, sin embargo de las ciudades que ya conocíamos y a pesar de su belleza (Santorini, Oia, Mykonos, etc.) quedaban descartadas como primera elección ya que buscábamos algo más tranquilo y que no estuviera atestado de gente; ah sí, en pleno mes de agosto, claro! 😁 Durante este proceso de búsqueda mi mujer se topó con Kos, una isla del dodecaneso bañada por el Mar Egeo y apenas una desconocida para nuestro turismo, al menos para mí, a pesar de tener una gran historia.
No en vano Kos ha sido la cuna de Hipócrates, el padre de la medicina, ha pasado por manos Helenas, Romanas, Turcas, y hasta tiene un castillo medieval del siglo XIV de los Caballeros de la Orden de St. John. La mezcla de todas estas culturas y años de historia, se superponen en un ambiente nada o poco urbanita (sólo hay que salir de los resorts) pero bien enfocado a que los visitantes pasen una estadía maravillosa.
Kos recibe un millón de vistantes al año, sobre todo italianos y alemanes, sin embargo hay sitio para todos y no hay problema ni sensación de overbooking, ni en playas, ni en sus principales atractivos. La gente es simpática, amable, tranquila y gustosa de ayudarte y ofrecerte el mejor de sus servicios. Tienen claro que el turista es su principal fuente de ingresos y eso se nota!
Aún me acuerdo de la preciosa velada que pasamos en Zia, admirando la puesta de sol, y cenando en uno de los mejores sitios de la villa, donde hasta el dueño le presto a mi mujer su chaqueta por que se estaba quedando fría (yo no pude hacer eco de tal galantería porque iba con lo puesto!) 🤗.
A pesar de la anécdota nos dimos un festín de comida típica de la isla, con vino y no pagamos ni la mitad de lo que pagaríamos normalmente en otros lugares similares! Si alguna vez váis a Zia no dejéis de visitar la «sunset balkony taverna-stergos kypreos». La verdad, es que aunque hay muchos sitios «typical tourist» todos ellos conservan su esencia y su encanto.
Anécdotas graciosas hemos tenido varias: la primera fue nada mas aterrizar, ya que en ningún sitio te indica la cinta ni el vuelo de tus maletas…pues claro, sólo hay dos cintas y pegadas la una a la otra, por lo que o sale por una o por la otra!! Y yo que pensaba que estos griegos estaban a la última!! Pues no, aquí el sentido común y el buscarse la vida siguen siendo válidos para cualquier situación…ya que no está todo reglado, organizado y lleno de normas que cumplir!! (Lo de conducir, fumar, ir en moto, etc. merece un capítulo a parte).
Otra anécdota, fue el servicio de playas…muy curioso cuando en Sunny Beach le pedimos a la señora del chiringuito (por llamarlo de alguna manera) algo para comer…la señora nos enseña una carta de pescados, ensaladas, etc. que obviamente no podía cocinar donde nos atendía, y nos dice amablemente que nos sentemos en una mesita a la sombra, cerveza en mano bien fría. Una vez pedimos la comida, descubrimos la logística del negocio, interesante 😱😱: la señora pide por walkie-talkie a un resturante montaña arriba…al cabo de 20-30 minutos llega por el caminito de tierra un coche destartalado con dos tipos, uno conduce y el otro se baja del coche con una bandeja con nuestros platos (me rio yo de los de «la nevera en casa») y todo delicioso! Ese modus operandi también lo vimos en Camel Beach incluso para el cafe y helados. Todo por el turista!!
La última curiosidad fue en el castillo de Antimacheía, aunque la entrada es gratis a nosotros nos salió por 5 euros a los dos. Me llevé una foto de recuerdo del pastor de cabras que merodeaba por la zona, que al verme cámara en mano me llamó «my friend» y posó divertidamente para que le hiciera una foto. Luego en la entrada, un amable griego nos «regaló» una botella de agua fría «for the lady», que agradecimos y terminamos brindando con él fresh mix fruit juice con ouzo (licor anisado). En ambos casos no te piden nada, pero entiendes que algún peaje has de dejar; no obstante fueron simpáticos en la manera en la que se lo trabajan y uno no puede negarse, al menos yo no!
Las playas muy buenas, nada de agobios, al menos a las que fuimos. Alquilar un coche es una buena decisión para perderte por los lugares más remotos, que aunque distaban a unos 50 km de nuestra morada merecía la pena dicho viajecito. Eso sí por remota que estuviera la playa estaban equipadas con algunas sombrillas, esencial si uno quería protegerse del sol, que aquí pega de lo lindo!
Respecto a la fotografía me ha costado combinar mi afición con mi agenda de actividades, ya que no en todas las ocasiones he podido aprovechar la hora dorada, azul, etc. y la luz de las fotos a pleno sol ya sabemos que les falta algo de gracia! Al menos me coincidió con la luna llena, un espectáculo digno de ver en pleno Mar Egeo.
Podría decir que lo que me faltó fue tiempo para buscar alguna VL o jugar con algún startrail…pero en realidad lo que faltaron fueron días!!! 😉
Con este post dejo mi pequeño y particular homenaje a Kos, en el que espero que cada foto contribuya a acercar y dar a conocer un poco más esta isla griega. En lo personal, sólo tengo palabras de gratitud, lo he disfrutado y me ha sorprendido muy, muy gratamente (también por sus aguas turquesas y bellas playas)… pero eso es mejor que cada uno lo disfrute y lo añada a su lista de sitios «triple B». A los interesados, recomendable la web http://www.kosinfo.gr y su app! Os dejo un mapa que extraje de la web.
Feliz Verano!!