LOS PREPARATIVOS
Todo surgió así sin más: «oye que nos vamos a Birmania (ahora Myanmar); ¿podemos ir con vosotros?; pues claro!!» y así en medio de una barbacoa entre amigos allá por el veranito compramos los billetes y nos lanzamos a la aventura los cuatro.
En cuanto a la planificación de los itinerarios, fue fácil, nuestra agencia a la que he bautizado como «Morro fino BEMI y asociados», trazó un itinerario con tres paradas de obligada visita, en la que cualquier experiencia iba superando a la anterior.
Creo que un aspecto importante es que ninguno sabíamos a priori todo lo que nos iba a maravillar, y lo enamorados que volveríamos de nuestra visita relámpago a Birmania.
A mí, en particular, me tocó la fibra y me hizo reflexionar bastante sobre mi concepto de calidad de vida y simplificación de nuestra existencia, me traje muchas lecciones, espero que no se me olviden con el paso del tiempo.
Daba gusto observar la amabilidad, predisposición y alegría que irradiaba la gente, seguramente también existirá el otro contraste, pero dudo que tengan la palabra estrés en su vocabulario o que la empleen muy a menudo.
Por último no pudo faltar el kit de supervivencia, sobre todo en lo que se refiere a mosquitos, hasta alguno se llevó una mosquitera (por si la moscas!!, o más bien por si los mosquitos…jajajajajaja) La verdad es que con las pulseritas y/o repelente degustaron poca sangre europea :p
Venga, que empezamos por nuestro recorrido por Yangón, Lago Inle, Bagan y Ngapali.
1. YANGON
Después de unas 11-12 horas de vuelo y 2,5horas de escala en Dubai, nuestro vuelo de Emirates nos dejó bien alimentaditos en Yangon, donde nuestro enlace «M» haría las veces de guía en la antigua capital y tuvo la gentileza de abrirnos las puertas de su casa! Algunos suertudos tuvieron la suerte de probar el menú light de emirates y otros nos quedamos a las puertas del menú koser, jajajaja menos mal!!
«M» nos guiaría por Yangón donde pudimos admirar la gran pagoda de Shwedagon, el mercado local y degustar para cenar algunos restaurantes magníficos!! Aunque no nos acompaño durante todo el viaje fue un pacer compartir con él esos días y nuestra aventura en globo.
Shwedagon Paya, es la pagoda más importante y centro espiritual por excelencia en la antigua capital birmana. La visitamos cayendo el atardecer y salimos de noche, lugar místico donde tuvimos nuestra primera experiencia descalzos. En la cena «M» nos llevaría a un sitio estupendo donde además pudimos llevar nuestras botellas de vino españolas para degustar los mejores platos birmanos. Un poco de reminiscencia a nuestros sabores no nos vinos nada mal.
Aunque estábamos reventados, nos quedó energía para ver el clásico (al menos lo más importante, el empate del rmad) y de paso tomarnos una copa viendo unas magníficas vistas de la pagoda, ya iluminada de noche. El tráfico seguía siendo un infierno (ahora me quejo menos de mis atascos matutinos)
2. LAGO INLE
Al día siguiente, tuvimos nuestra primera experiencia cogiendo los aviones para los desplazamientos internos, y fue muy curioso contemplar como funcionaba el sistema de hoja manuscrita, pegatina de colores, y concentración de maletas…todo perfectamente sincronizado como un mecanismo de precisión suizo, pero 100% manual!!. Al llegar al destino nos tocó negociar el taxi, y recorrer 1,30 hora hasta el hotel.
Llegamos y nos quedamos maravillados por el hotel, la excursión en barcaza visitando palafitos, pagodas, jardín acuático y manufactorias locales. Llegamos de vuelta al hotel para tomarnos un mojito viendo el atardecer maravilloso, disfrutando de la compañía, la paz del lugar y los colores del atardecer. No podíamos encariñarnos mucho con el sitio porque al día siguiente nos tocaba deshacer lo andado y poner ruta a Bagan.
Visitamos diferentes gremios de artesanía: en Inn Paw Khon Village vimos como la gente local trabajaba la seda y el loto para tejer magníficas prendas, y en Ywama Village visitamos a un herrero, que forjaba diferentes herramientas y utensilios. En ambos lugares muy adecuados a las necesidades de los turistas pudimos realizar nuestras respectivas compras. 🙂
Otros aspectos muy interesantes del entorno del lago son la Pagodas y Monasterios que se encuentran sobre sus aguas, como son la pagoda Phaung Daw Oo, donde además se encontraba un mercadillo local y el monasterio Nga Hope Chaung Monestry, por su puesto que en ambos tuvimos que descalzarnos para recorrerlos.
También nos encontramos con las mujeres jirafa, al menos 2 que estaban sentaditas esperándonos para la foto y propina de rigor.
3. NEW BAGAN – OLD BAGAN
Cada hotel era una experiencia que iba in-crescendo. El Lodge de Nuevo Bagan es un mini-oasis entre tanta pagoda y estupa. Los desayunos increíbles, y aunque las instalaciones del hotel eran espectaculares, realmente sólo pudimos disfrutar de los momentos de descanso en la habitación y el desayuno, ambos imprescindibles para asegurar una adecuada recarga de energías.
Por supuesto que como buen turista caímos en la «tentación» de regalarnos algún souvenir especial en la tienda de fabricación artesanal de mobiliario lacado. Tras una buen regate pensamos que conseguimos un precio razonable.
Muy recomendable eran las puestas de sol entre los pináculos de las estupas y esas especies de linternas de los templos, que propiciaban un ambiente mágico.
La logística en Bagán fue sencilla, ya que nos decantamos por coger un taxi-guia, NINI así se llamaba el chofer, que nos llevaba a todos los sitios y nos recomendaba buenas fotos, hasta se animó a sacarnos unas cuantas. La opción de las motos es interesante si sólo te quedas por new Bagan y alrededores, pero no recomendable para los 60 km hasta el monte Popa.
Además de las pagodas y estupas, que surgían como setas entre la inmensidad del bosque tropical, pudimos subir descalzos los 777 escalones del monte Popa secundados por un batallón de monos cabroncetes, donde en su cima existe un templo budista que lo corona. Además tuvimos la oportunidad de disfrutar de las vistas aéreas de la zona desde un globo que cogimos. La experiencia del vuelo en globo increíble, y además tuvimos la suerte de compartirlo con nuestro amigo «M».
La experiencia del globo fue maravillosa, alguno no lo veía muy claro, pero ya que estábamos allí era algo que había que hacer sin lugar a dudas.
Pues otro madrugón más que cayó y a las 5:00 AM ya estábamos en el bus que nos llevaría a la explanada de despegue.
El aterrizaje sería otro cantar, pero nada peligroso, sólo algo movidito pero sin llegar a volcar jajajaja…menos mal que la «security position» lo es todo, como nos dijo Milton nuestro piloto australiano!
Respecto a la comida, no nos aventuramos mucho, seguíamos basándo nuestra dieta en más chicken y arroz, aunque que cada vez los pedíamos de manera un poco más elaborada.
4. NGAPALI
Con una paliza de infarto en el cuerpo todos estábamos deseando que llegara nuestro momento de descansar y de soltar la maleta, la cámara de fotos y los aviones. En Ngapali encontramos nuestros momentos de relax en una playa paradisíaca bañada por las aguas turquesas del Indico. Dejar los días más tranquilos para el final nos ayudó a recuperarnos de nuestros jornadas maratonianas. La elección del hotel un nuevo acierto para ayudar a cuerpos agotados como los nuestros a recuperar nuestros niveles más vitales: buenas dosis de vino local, ensaladas de avocado, marisco, tempuras y cócteles a altas horas de la noche (10 pm, es tarde en Myanmar) fueron nuestra mejor medicina, así como la cena en una isla y de vuelta caminando por la playa de noche, como broche final.
Una de las actividades que se pueden hacer es el snorkel, hay bastante vida submarina y con muy buena visibilidad, así como salir a pescar y luego reservar el «lobster bar» ubicado en «pearl island» para que te lo preparen a la parrilla, exquisito!!
Sobre todo si te lleva el capitán Sparrow, que cachondo…aunque se le daba pescar mejor que a nosotros y gracias a eso salvamos la comida! Lástima que las nubes arruinaran las puestas de sol y las posteriores vistas de las estrellas, ya que apenas había contaminación lumínica.
Aprovechamos esos días a visitar y alimentar nuestro morrito fino en los mejores sitios, culminando nuestra experiencia en la playa con una cena de despedida en una isla-restaurante, como ya he mencionado líneas atrás.
Yo creo que se nos partió el alma cuando tuvimos que iniciar nuestro camino de vuelta a Madrid y dejar de disfrutar de esos maravillosos días junto a la mejor compañía, que bien hemos pasado.
5. YANGON
Nuestras tarjetas, que habían estado algo tranquilas durante el viaje se despertaron vivazmente en el mercadillo típico de la ciudad. Visitar la galería de arte es parada obligatoria, y reconozco que pecamos y pecamos! El último día lo pasamos con M, que generosamente nos abrió de nuevo las puertas de su casa y pudimos «atragantarnos» de comida japonesa riquísima. Gracias M, sin ti no hubiera sido igual el viaje y gran oportunidad de conocerte.
Como colofón unos gins en un sitio colonial de la época, fue nuestro final de fiesta, ya que nuestro vuelo salía esa misma madrugada a Madrid.
Solo pienso en volver!!
ALGUNOS DATOS
Hoteles: Novotel Inle Lake Myat, Bagan Lodge, Ngapali Bay Villas
Aeropuertos Locales: Thandwe, Heho y Nyaung u para coger 8 vuelos con las aerolineas locales, sobre todo KBZ.
Idioma: inglés, aunque aprender algunas palabras locales como «mingalabar – Hola» y «Kya Zoo Thin Par Dae – gracias» no está de más ya que son básicas y abren la hospitalidad de los birmanos.
Comida: en este apartado no hicimos muchos experimentos y comimos platos a base de seafood (calamares, gambas, langostinos, cigalas, langosta), pollo (mucho pollo sobre todo las chicas), cerdo, noodles, arroz y fruta en zumos sobre todo. Alguna pizza y carnaza en el hotel también cayó 🙂 En general todo muy rico.